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Memoria del mal, tentación del bien: indagación sobre el siglo XX - Tzvetan Todorov
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El
interés de Todorov por el totalitarismo y los campos de concentración no
es el del especialista, sino el del testigo afectado, el del escritor
que piensa desde sus experiencias para abrirse al sufrimiento de los
otros. Nacido en Sofía en 1939, estudió filología eslava bajo el régimen
comunista búlgaro, pero la mayor parte de su carrera la desarrolló en
París donde se estableció en 1963.
Tras una primera fase próxima
al estructuralismo y dedicada a la crítica literaria, Todorov se orientó
hacia la Historia de las ideas, preocupado sobre todo por hechos
históricos, sociales, morales.políticos y culturales. Durante este
periodo destacan obras como La conquista de América, Las morales de la historia, El hombre desplazado y El jardín imperfecto. A esta lista incompleta cabe añadir dos títulos más: Frente al límite (1991) y Los abusos de la memoria (1995), precedentes indispensables del libro que reseñamos.
En el primer ensayo, tal vez el más sugerente, Todorov compone una especie de collage
donde intercala breves fragmentos autobiográficos entre relatos de
supervivientes de campos nazis y estalinistas. En la segunda obra
aludida, un lúcido opúsculo, Todorov propone fundar una crítica de los
usos de la memoria distinguiendo entre dos formas de rememoración: una
memoria literal que preserva el episodio pasado en su singularidad y una
memoria ejemplar que se sirve del acontecimiento singular pretérito
como de un ejemplo para comprender situaciones nuevas en el presente.
Mientras la rememoración literal, resentida, convierte en insuperable el
trauma del pasado y tiende a fortalecer el sentido de identidad, la
rememoración ejemplar consuma el trabajo del duelo y aprovecha las
lecciones de las injusticias sufridas antaño con el fin de combatir los
desafueros que se producen hoy día.
Memoria del mal, tentación del bien
aporta escasas novedades respecto a las dos obras ya mencionadas, si
exceptuamos el último capítulo dedicado a los peligros de la democracia y
al dilema entre derecho de injerencia o deber de asistencia. Como en Frente al límite,
Todorov reconoce la importancia de la propia experiencia para
seleccionar el acontecimiento, a su juicio, capital del siglo XX: el
enfrentamiento entre totalitarismo y democracia. El autor búlgaro se
esfuerza por no simplificar el conflicto en términos maniqueos: si hay
progreso no discurre en linea directa y ascendente hacia el bien, aunque
tampoco desciende en picado hacia el mal. Asumiendo las tesis de Hannah
Arendt, la obra propone un análisis conceptual del totalitarismo en sus
dos variantes: nazismo y estalinismo, así como de los campos de
concentración y muerte engendrados por estas dos ideologías afines. El
análisis teórico se ilustra en el plano práctico con el retrato de seis
figuras relevantes en el siglo XX: V. Grossman, M. Buber-Neumann, D.
Rousset, P. Levi, R. Gary y G. Tillion. ¿Qué tienen en común estos
hombres y mujeres? Todos han intentado comprender la experiencia
concentracionaria de ambos frentes sin doblegarse a su proyecto de
control total de la memoria. Todos, sin excepción, tomaron su propio
dolor como ejemplo para generalizar su denuncia a otras situaciones de
terror no reconocidas como tales, y que afectaban a personas que no
pertenecían necesariamente a su misma comunidad étnica, lingöística,
religiosa o cultural. Asimismo defendieron un “humanismo crítico” que
reconoce el mal del que son capaces los seres humanos al tiempo que
afirma la posibilidad del bien, sin caer en la tentación de imponerlo
por la fuerza.
Como en Los abusos de la memoria, Todorov
se opone al culto obsesivo del recuerdo literal que tiende a convertir
la pasada condición de víctima en una capital rentabilísimo y el hecho
de haber sufrido en fuente de privilegio y poder. Un libro, pues, harto
recomendable para todo lector que desee entender fenómenos actuales como
la ley del talión aplicada por el Estado de Israel, el abuso de la
memoria propio de nacionalismos e integrismos religiosos en su vertiente
victimista o terrorista y, en general, toda política que asuma el
principio en virtud del cual el mal sufrido en el pasado legitima
cualquier mal infligido en el presente.
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